miércoles, 24 de septiembre de 2008

Prohibido viajar cómodo

.


Querida Cristina,

Se acerca la época de calor, que acá aparentemente puede llegar a ser un asunto grave, y la situación de apurruñamiento en el transporte público es preocupante, a veces insoportable. En
las horas pico, de hecho, ya ni siquiera cabe el refrán de que no cabe ni un alma. Tanto es así que hasta los muñequitos del Subte empezaron a mostrar su disgusto en apoyo al resto de los pasajeros tridimensionales.

Ante tan espontánea y acertada manifestación, me parece que sobran las palabras... pero, como de costumbre, faltan las acciones.


viernes, 19 de septiembre de 2008

Blame it on Bush!

.

Querida Cristina,

Esto no pretende ser una crítica fácil y prejuiciosa de esas que están de moda por estos días, tampoco se trata de andar tomando bandos, porque a mí me enseñó El Camaleón que se puede estar un ratito con el gobierno y otro con la oposición. Esto sólo es un intento de aclarar un poco el inagotable tema Antonini, porque de lo poco que sé, no hay nada que tenga sentido.

Hace unos días leí en un periódico una declaración tuya que decía que todo lo del caso de Antonini, ahora que está sonando de nuevo por el juicio de los venezolanos acusados de espionaje, es una estrategia de Estados Unidos para enturbiar las relaciones entre Venezuela y Argentina.

¿Una estrategia de Estados Unidos? A ver, te cuento lo que sé.


1. Antonini llegó a la Argentina en un avión contratado por Enarsa, empresa energética del Estado. Con él viajan funcionarios de Enarsa, PDVSA y el principal recaudador de fondos para las campañas presidenciales K.

2. La presidencia en ese momento estaba ejercida por Nestor Kirchner, tu marido, y tú eras senadora y estabas en campaña presidencial.

3. Antonini trae un maletín con 800.000 dólares.

4. La famosa policía/stripper descubre el controversial y absolutamente ridículo contenido del maletín.

5. Se produce el respectivo escándalo.

6. Mister Antonini, que a todas estas es ciudadano norteamericano, se retira del país, tan insólitamente como llegó y se va a Estados Unidos.


Yo he tenido infinitos problemas con las aduanas de Argentina y de Venezuela, para entrar o salir con una cámara de fotos usada, con una laptop o con el carry-on excedido de peso. He vaciado mis bolsillos, me he quitado el cinturón, el reloj, los zarcillos, he vaciado la maleta frente a la policía, pero Antonini Wilson no. Él tranquilazo, él entra y se va.

Y eso es culpa de Bush... mjmm.


Te aseguro Cristina que mi intención no es juzgarte, porque para juzgar hay que entender y yo no entiendo, pero por lo menos sospecho que el rompecabezas está incompleto y que las piezas que faltan no las tiene escondidas Bush solamente.


Y te digo otra cosa, lo que sí entiendo y sí he visto y sí reconozco es la formulita de culpar a Estados Unidos y al capitalismo salvaje y a Adam Smith y a Henry Ford por todas las cosas malas y feas que pasan de este lado del mundo, y de ahí a andar poniéndole apodos como Mister Danger a Bush, hay solo un paso y te recomiendo que no lo des.




Nota al pie: Todo lo que está dicho acá es mi percepción personal del caso de Antonini, no conozco todos los hechos, no he leído todas las noticias, no estaba en el aeropuerto cuando llegó el maletín. Si hay algo que alguien más sepa, otra historia que se hayan construido, otras conclusiones que hayan sacado, se agradece comentarlas. Yo, como ya dije unas 300 veces a lo largo de la carta de hoy, sencillamente no entiendo.


miércoles, 10 de septiembre de 2008

Cristina en el País de las Maravillas


Querida Cristina,

¿En el país de las maravillas? ¿En serio? ¿Me estás cargando o la obra salió recién cuando estabas de visita en Brasil? Si en lugar de un show fuera una caricatura podría comprenderlo pero sólo porque entraría en la categoría de fantasía animada de ayer y hoy.

¡Aguante Merry Melodies!

lunes, 8 de septiembre de 2008

Mensajes cruzados

.

Querida Cristina,

Van exactamente 2 meses y 13 días desde que llegué a Buenos Aires, ciudad natal de mi padre, la cual yo había visitado en varias ocasiones, distintas estaciones, distintos períodos de tiempo, pero siempre de paso.

Esta vez, me uno a la ola invasora (sí, invasión como término y acción reivindicada por nuestra revolución) de venezolanos que viajamos al sur para subir un poquito la barra (bajar para subir, ¿se pone confusa la cosa no?)
Y en fin, con este post rompo el silencio.

Mensajes confusos, yo pregunto aquí desde mi supuesto entendimiento de la mente sureña por crianza ¿como coño no van a estar todos de terapia si por todos lados abundan los mensajes confusos?

"Aquel que sea enganchado con alguna sustancia rara..." todo lo que me imagine que puede llegar a pasar como sustancia rara. ¿Rara definida por quién? ¿bajo qué criterios?

Es sencillamente demasiada presión, ¿es que acaso la botella de ron Santa Teresa que tenía puede ser considerada una "sustancia rara" comparada con el Fernet? ¡EL FERNET! (lo dejo para otro post).

Y bueno, luego en el baño.. un dispensador con un mensaje claramente confuso, pienso "pero el cartel de afuera... ¿no que no?".

Sin duda, lugares como estos son, si no los culpables, altamente responsables de poner en funcionamiento un proceso mental que fácilmente se convierte en esquizofrenia, o en letra de canción de Bersuit o Intoxicados.



Nada Cristi, yo feliz de estar por estos lugares disfrutando de la hospitalidad de mis también compatriotas y de tener una presi con piernas buceables, saludos a Nestor.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Nueva Línea D Morada

.

Querida Cristina,

Esta es muy fácil y es un asunto de mantener una consistencia cromática y conceptual. Ya que la línea D del Subte presenta demoras absolutamente todos los días, por qué no nos sinceramos y por lo menos le cambiamos el color verde que hasta ahora la caracteriza para que sea la nueva línea D morada.

¿Te parece? Mira que el tema del transporte público está como delicado y si algo hemos aprendido de nuestro país es que cuando algo no funciona y la gente empieza a molestarse, sólo basta con pintarlo todo de otro color.

Cristina, si no puedes con ellos... ¡confúndelos!